jueves, 6 de septiembre de 2012

REDUCIENDO PESO A LARGO PLAZO

Un estudio que se acaba de publicar en el Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics, realizado en 500 mujeres con sobrepeso nos dice que los resultados alcanzados a 4 años no son los mismos que los alcanzados a los 6 meses. Mientras a los seis meses comer menos postres, comer menos comida frita, beber menos bebidas azucaradas, comer más pescado y comer fuera de casa con menos frecuencia se relacionaron con una mayor pérdida de peso. Sin embargo, a los 4 años, no todas esas conductas seguían estando vinculadas con la pérdida de peso, lo que sugiere que no todos los cambios conductuales se mantienen en el tiempo. Las mujeres que bajaban de peso en base a comer más frutas y verduras y menos carne y queso mantenían mejor la reducción de peso al cabo de 4 años que aquellas que lo basaban en reducir los alimentos fritos. Es decir que se hace muy dificil mantener el hábito de no comer papas fritas más allá de los 6 meses.
Algunas mujeres mayores culpan el aumento de peso a un metabolismo más lento, pero el proceso es más complejo. A medida que las personas envejecen, la cantidad de músculo disminuye y la cantidad de grasa corporal aumenta, de forma que queman menos calorías. Lo que determina el sobrepeso no es la velocidad del metabolismo, sino cuánto se come y cuanta actividad se hace, y las estrategias a seguir también son diferentes a corto y a largo plazo. Si la operación bikini nos exigía perder peso a corto plazo, los excesos producidos en el verano, nos debería hacer recapacitar sobre las ventajas en nuestra salud de conseguirlo a largo plazo. Ahora dos estudios ponen de relieve que no todo lo obeso es sinónimo de mala salud. En algunos casos parece que al contrario. Mientras que desde EEUU nos hablan de obesos metabólicamente saludables, desde Suecia nos explican que esta población tiene incluso menos riesgo de morir si se ha desarrollado una enfermedad de corazón en lo que vuelve a ser un ejemplo de la llamada ‘paradoja de la obesidad’. Todo ello pone en evidencia la importancia de la personalización de las dietas y de empezar por donde se debe empezar.


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