miércoles, 8 de julio de 2015

Tejina tiene nombre de mujer, fundadores de Tejina




El analfabetismo tan acusado que existía en esta tierra recién conquistada ocasionó que solo la clase nobiliaria, preocupada por poder demostrar ante la Inquisición su pureza de sangre e hidalguía, se interesase por un tema como la genealogía, por cuanto esta es clave para poder ubicar al protagonista de la historia.
La historia ha sido siempre contada por los vencedores y, por tanto, está muy sesgada. Por eso tenemos una deuda pendiente, la de narrar la historia de lo cotidiano, la intrahistoria, como la llamaba Unamuno. Esa «pequeña historia» te acerca más a la realidad para poder llegar a saber de dónde vienes y, por lo tanto, a dónde vas; pero, sobre todo, esa es la mejor forma de honrar a tus antepasados que no tuvieron otro mérito que vivir para permitirnos vivir a nosotros.
Fue el médico Antonio de Viana quien, en virtud de su romanticismo, hizo casar a Tejina con Tegueste. Los matrimonios entre teguesteros y tejineros siempre han sido cosa corriente. Se produjeron desde su origen, cuando el tejinero Bartolomé Gómez (alguacil en 1538, hijo de Asenjo Gómez y nieto materno de Gonzalo González) se casó con Juana Perdomo (hija de Diego Álvarez, alcalde de Tegueste en el mismo año en el que su padre fue nombrado alguacil). Los nombramientos de alcaldes y alguaciles solían ir a la par y, en esa ocasión, se decidió nombrar al alcalde de Tegueste y al alguacil de Tejina. (Esas políticas matrimoniales parecen haber llegado hasta nuestros días con el matrimonio entre Josema, alcalde e hijo de alcalde de Tegueste, con Odalí, hija de un concejal tejinero).
El origen más aceptado del topónimo de Tejina es el de «Gina» que, precedido por el artículo,
pudo haberse transformado en «Tegina»[i] . Pero no es su similitud con el griego (p. ej.: ginecólogo) lo que lo nos hace concebir su feminidad; sino que, si consultamos el tomo nº 2 en la página número 416 (correspondiente a la historia de la Casa de Tabares) del nobiliario de Canarias de Francisco Bethencourt podemos comprobar que Gonzalo González Texeira, uno de los primeros pobladores con datas de repartimiento en Tejina, estuvo casado con doña Francisca Alfonso de Figueroa, la conocida como «Vieja de Tejina» porque llegó a ser casi centenaria y con tratamiento de señora, y tuvo una descendencia que dio lugar a la mayoría de las casas de más abolengo de Tenerife.
Títulos como marqueses de la Florida, Villa de San Andrés, Quinta Roja, Casa Hermosa, Santa Lucía, Sauzal, Fuente de Las Palmas, Celada, Gisla Ghiselín, Villafuerte, Candía y Arucas, Condes del Valle Salazar, Palmar, Siete Fuentes y Vega Grande de Guadalupe y Vizcondes del Buen Paso tienen este mismo origen.
Aquella era una época en la que la población conjunta de Tejina, Bajamar y Punta del Hidalgo no sobrepasaba las 250 personas, y en la que la proporción de mujeres era inferior al 16 % [ii]. La historia de Mencía Díaz de Clavijo (quien, por su  origen portugués judeoconverso, no aparece ni en el certificado de nacimiento de su hijo, san José de Anchieta) se repite en Tejina y en Canarias, aunque, lógicamente, este aspecto no viene registrado en los nobiliarios.
La idiosincrasia del pueblo tejinero tiene, por tanto, su razón de ser porque (a pesar ser un cruce de caminos o un ramal de carreteras) la mayoría de sus vecinos pueden fácilmente constatar cómo sus ancestros han vivido en este pueblo desde prácticamente la conquista. La política de mayorazgos hacía que los varones progresaran y muchos de ellos se marchasen. Por ello, la línea genealógica que nos une a los primeros pobladores es, sobre todo, femenina.
De esta manera, apellidos del siglo xviii (como los Hernández Crespo, los González Suárez, los Suárez de Armas, los Rodríguez de Vera, Tabares Roo o los Melián) nos hacen recordar el asentamiento poblacional de personas como Sancho de Vargas, Pedro de Vera, Gonzalo González, Hernando Yanes, Hernando Tabares, Manuel Martín, Asenjo Gómez o Diego Melián. Estos asentamientos, a diferencia de los de Tegueste, estuvieron especialmente marcados por su  origen portugués. Entre ellos, destacan dos a quienes la mayoría de historiadores reconocen como fundadores de Tejina: Gonzalo González Texeira y, especialmente, Asencio Gómez.
Gonzalo González procedía de Guarda (Beira Interior, en el norte de Portugal, una ciudad fronteriza con una importante judería que fue refugio para muchos judíos expulsados en 1492) quien, casado con Francisca Afonso de Figueroa, tuvo la siguiente descendencia: Juan González, «el herrero» (casado con Elena Martín), Alonso González (casado con Catalina Yanes), Catalina Tejera (casada con Juan Martín), Francisca González (casada con Alonso López), Iomar González (casada con Asencio Gómez), Isabel González (casada con Sebastián Machado de Guimaraes), Beatriz González (casada con Hernando Tabares de Azores) y Luis González, quien no se casó y regresó a Portugal.
Por su parte, su yerno, el portugués Asencio Gómez (procedente de Tomar, también de Portugal, una ciudad de templarios) vino de Los Realejos en compañía de su suegro, y recibió aquí el principal repartimiento de aguas. Este, casado con Guiomar o Iomar González, tuvo los siguientes hijos: Bartolomé Gómez (casado con Juana Perdomo y, por segunda vez, con Juana Cabrera Betancurt), Vicente Gómez (casado con Juana Ordóñez), Hernán Gómez (casado con María de Armas), Diego Gómez (casado con Brígida Perdomo), Andresa Gómez (casada con Domingo Landín) y, fuera del matrimonio, Catalina Gómez (casada con Alonso Yanes) e Isabel Gómez (casada con Gonzalo de Oporto).[iii]
Estos dos colonos procedían del norte de Portugal. Tomar[iv], La Guarda y Guimaraes son ciudades emblemáticas en la formación del Reino de Portugal. En ellas fue clave el ducado de Borgoña que, establecido entre Francia y Alemania, siempre tuvo vocación de reino. Su origen hay que buscarlo en otra isla, la isla de Bornholm, de la que se dice que es la isla de los templarios, y se sitúa en el mar Báltico, a media distancia entre Suecia y Polonia, lugar desde donde partieron los burgundios en torno al año 200[v].
Por todos estos motivos, me pareció que la mejor descripción de este paso del tiempo tenía que provenir de una mano que fuera femenina y tejinera, a quien, respetando su deseo,  mantengo esta vez en el anonimato. Ella lo hace con cuatro líneas que lo dicen todo y que desea titular de esta manera, «El ocaso de una generación»:
Formo parte de una familia numerosa, mi abuela materna tuvo once hijos y la paterna siete. Actualmente queda uno muy enfermo y estamos esperando el momento de su despedida.
Comenté con una hija la tristeza que sentía dentro de mí y ella me contestó con frases hechas como «El tío es muy mayor», «Su vida ha sido plena, deja hijos y nietos que le recordarán»… Y todo eso es verdad pero, cuando miro hacia atrás y recuerdo la actividad que había en la familia, no puedo dejar de pensar en el principio y en el fin de la vida.
Que alegría cuando nace un niño y ponemos todas las esperanzas en él… Luego, unas se cumplen y otras no, pero siempre nos alegramos con sus aciertos y padecemos con sus tristezas. Si tenemos suerte, lo podremos ver crecer y hacerse mayor, pero ya nosotros nos colocamos en primera fila, acompañados siempre de nuestros recuerdos, errores y aciertos… Lo ideal es llegar a ese punto con la conciencia tranquila.
Mis nietos ya se están haciendo mayores, cualquier día me hacen bisabuela. Por un lado eso me gusta pero, por otro, me están advirtiendo de que mi tiempo se acaba.
Esto me recuerda al árbol que se planta en el jardín y que, poco a poco, vamos viendo crecer hasta que un día enferma y observamos, con tristeza, cómo se seca y ya no nos queda más remedio que arrancarlo y plantar otro.





bibliografía
[i]Francisco Báez Hernández. La comarca de Tegueste (1497-1550). Un modelo de la organización del espacio a raíz de la conquista.
[ii]Francisco Báez Hernández. El censo en 1605 de los lugares de Tejina, Bajamar y Punta del Hidalgo.
[iii]José Luis Machado. Libro del poblamiento de Tenerife.
[iv]José Antonio Cebrián Latasa. Ensayo para un diccionario de conquistadores de Canarias.

[v]José Luis Machado. Historia de la influencia de Borgoña en la configuración de España y Portugal.