El costo que supone la
enfermedad
en términos económicos es elevada, pero en términos de sufrimiento
es incalculable, por este motivo termina con facilidad en suicidio.
No es un trastorno pasajero de tristeza o “depre”, es una
enfermedad que afecta al organismo (el cerebro), al estado de ánimo
y a la forma de pensar.
Los impulsos
nerviosos se trasmiten a través de las neuronas mediante
despolarización de la su membrana, pero entre neurona y neurona, la
señal eléctrica se convierte en química, y es una molécula, el
neurotransmisor, el encargado de trasmitirla. Se sabe que las
depresiones cursan con bajos niveles de dos de éstos
neurotransmisores, la noradrenalina y la serotonina. Por ello, los
antidepresivos de elección suelen ser los que impiden su depleción,
sobre todo los Inhibidores Selectivos de la Recaptación de
Serotonina (ISRS).
La depresión
afecta casi al doble de mujeres que de hombres. Factores hormonales
pueden justificar esta diferencia, pero la realidad es que en el caso
del hombre los datos están distorsionados porque la enfermedad está
infradiagnosticada. En el hombre los síntomas asociados típicos de
la enfermedad como la tristeza, desesperanza, inutilidad, inquietud
junto con los problemas físicos asociados (dolores de cabeza,
gastrointestinales etc.) suelen estar enmascarados. Por tradición o
por costumbre, “los hombres no lloran” por el contrario
manifiestan actitudes antisociales que incluyen mayor susceptibilidad
al estrés, ira repentina, menor control de los impulsos, indecisión
y sentimientos de vacío. En líneas generales mientras la mujer se
deprime el hombre se irrita. Esto es lo que puede explicar las
dificultades de convivencia entre parejas donde ambos son depresivos
y el gran aumento de divorcios que se están produciendo. Incluso la
forma de decidir la solución final, el suicidio, es diferente. En
EEUU el número casos de suicidios duplica al de homicidios. El 70%
de los suicidios se producen tras un ataque de depresión. El 80 % de
los suicidios se producen en hombres. Mientras el hombre tarda un año
en decidirse a suicidarse, la mujer tarde 3,5 años.
Por todo esto es
importante aceptar que la depresión es una enfermedad real que
requiere tratamiento
y tener claro que los antidepresivos no crean dependencia y que nunca
deben combinarse medicamentos sin consultar previamente con el
médico.
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