El hecho de que mi suegro dominase el alemán,
gracias a los años en que estuvo en Suiza ampliando estudios de edafología,
hizo que durante años nuestra farmacia de El Ramal fuese identificada, además
de por el reloj que teníamos en la fachada, como la farmacia “APOTHEKE”, su
traducción a este idioma. Esta palabra viene derivada de APOTECA que del griego
se traduce como almacén. Las lenguas romances hicieron perder la letra “A”
inicial y las lenguas bizantinas hicieron transformar la letra “E” en “I”, de forma
similar a lo que ocurre hoy en día con el inglés. Todo eso derivó en BOTICA,
palabra que tristemente va desapareciendo aunque otras aparece plenamente
vigente como botiquín. Algo similar ocurrió con el almacén del vino que se
transformó en bodega. La palabra farmacia también tiene origen griego, ya
Hipócrates lo mencionaba, aunque su utilización
específica como ciencia de los medicamentos es más tardía que la de apoteca.
La
simbología te refuerza el sentimiento de pertenecer a un grupo, lo cual es
importante en todas las sociedades. Esto aplicado al sector profesional fue considerado
por muchos como corporativismo. Hoy en día, sin embargo, cobra especial vigencia con la nueva ley de
colegios profesionales cuando encomienda a éstos la importancia debida como
valedores de la profesionalidad de un gremio. En la farmacia tenemos dos
símbolos la Cruz de Malta y la Copa de Higía.
La Cruz de Malta nos recuerda
nuestras raíces cristianas y orientales,
tiene su orígen en la orden militar y hospitalaria de San Juan de Jerusalén y
por tanto especialmente relacionado con el sector sanitario al fundar los hospitales
donde se atendía a los peregrinos en la época de los cruzados. Esta costumbre
de ensanchar los extremos de la Cruz ha sido muy utilizada en la heráldica. Nos
viene al recuerdo las Cruces de Hierro al mérito militar alemán que pese a lo
que se cree no son un símbolo hitleriano. También lo podemos ver en otros
símbolos religiosos, como la letra griega Tau, símbolo franciscano de una cruz
a la que le falta el extremo superior y que en su momento llegó a tener carácter
de dogma.
La Copa de Higía es el otro
símbolo que nos recuerda nuestras raíces helénicas, paganas u occidentales. Higia,
o su versión romana Salus, era en la mitología griega hija del Dios de la Salud
Asclepio (Esculapio en la civilización romana) y nieta de Apolo. Términos como
Higiene o Salud vienen derivadas de ella. La vara de Esculapio con una
serpiente enroscada en ella junto la copa en donde Higía elaboraba los elixires
dieron origen a la copa característica. La serpiente y la vara son símbolos de
poder y de renovación, de poder sanar y de regenerar vida al cambiar su piel
con facilidad. Pero de igual forma nos recuerda que su mal uso puede matar pues
como decía Paracelso no existen sustancias tóxicas sino cantidades tóxicas. En
este símbolo viene reflejado por tanto la función de custodia del farmacéutico
que de igual forma que antaño se cerraba bajo llave el cuarto de los venenos hoy
en día se cierra la gaveta de los estupefacientes.
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