sábado, 21 de julio de 2012

LA DEPRESION, ¿cuestión de sexo?


El costo que supone la enfermedad en términos económicos es elevada, pero en términos de sufrimiento es incalculable, por este motivo termina con facilidad en suicidio. No es un trastorno pasajero de tristeza o “depre”, es una enfermedad que afecta al organismo (el cerebro), al estado de ánimo y a la forma de pensar.

Los impulsos nerviosos se trasmiten a través de las neuronas mediante despolarización de la su membrana, pero entre neurona y neurona, la señal eléctrica se convierte en química, y es una molécula, el neurotransmisor, el encargado de trasmitirla. Se sabe que las depresiones cursan con bajos niveles de dos de éstos neurotransmisores, la noradrenalina y la serotonina. Por ello, los antidepresivos de elección suelen ser los que impiden su depleción, sobre todo los Inhibidores Selectivos de la Recaptación de Serotonina (ISRS).

La depresión afecta casi al doble de mujeres que de hombres. Factores hormonales pueden justificar esta diferencia, pero la realidad es que en el caso del hombre los datos están distorsionados porque la enfermedad está infradiagnosticada. En el hombre los síntomas asociados típicos de la enfermedad como la tristeza, desesperanza, inutilidad, inquietud junto con los problemas físicos asociados (dolores de cabeza, gastrointestinales etc.) suelen estar enmascarados. Por tradición o por costumbre, “los hombres no lloran” por el contrario manifiestan actitudes antisociales que incluyen mayor susceptibilidad al estrés, ira repentina, menor control de los impulsos, indecisión y sentimientos de vacío. En líneas generales mientras la mujer se deprime el hombre se irrita. Esto es lo que puede explicar las dificultades de convivencia entre parejas donde ambos son depresivos y el gran aumento de divorcios que se están produciendo. Incluso la forma de decidir la solución final, el suicidio, es diferente. En EEUU el número casos de suicidios duplica al de homicidios. El 70% de los suicidios se producen tras un ataque de depresión. El 80 % de los suicidios se producen en hombres. Mientras el hombre tarda un año en decidirse a suicidarse, la mujer tarde 3,5 años.

Por todo esto es importante aceptar que la depresión es una enfermedad real que requiere tratamiento y tener claro que los antidepresivos no crean dependencia y que nunca deben combinarse medicamentos sin consultar previamente con el médico.

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