domingo, 14 de diciembre de 2014

Lcdo.Suárez, tejinero ayacucho

Se sufrió 40 años de dictadura franquista y ahora estamos a punto de cumplir 40 años de democracia. Es evidente que muchas cosas han cambiado pero otras muchas parecen que se mantienen intactas. Entender el presente, este comienzo de siglo XXI, requiere conocer los siglos anteriores, el XX y sobre todo el XIX, que fue el siglo del auténtico cambio. En el siglo XIX se pasó del antiguo régimen absolutista al nuevo régimen constitucional y liberal de las Cortes de Cádiz. Darle la espalda a la historia ha supuesto la repetición de los errores, lo que nos da la impresión de haber comenzado dos siglos de forma similar y temer, que como no hay dos sin tres, nos vuelva a ocurrir lo mismo en este siglo XXI.
Hace 200 años moría en la cárcel el lagunero Antonio Saviñón y Yanes, diputado constitucionalista, como consecuencia de la persecución que acometió Fernando VII de afrancesados y republicanos en lo que podría considerarse el primer golpe de estado de la España moderna y que daría origen a las dos españas. Nada pudo hacer ni su hermano el médico Domingo Saviñón ni su sobrino Juan Machado Dapelo, ambos regidores municipales, para conseguir su excarcelación. Fue la época en que nos visitó Sabino Berthelot, gran amigo de Domingo Saviñón, en la excursión para recolectar  plantas medicinales por Anaga.
Tal y como nos describe en su quinta miscelánea al pasar por Tejina pernocta durante dos días en la casa Juan Machado Dapelo, la tristemente desaparecida casa del Manisero, la que adquirió unos años después su sobrino nieto político,  el tejinero Gregorio Suárez Morales que según Francisco Martínez Viera (1) fue uno de los políticos tinerfeños más destacados del siglo XIX.
Es sin duda una figura a rescatar la del Lcdo. Suárez que es como le gustaba ser citado al primer licenciado de este pueblo. Vivió en la Calle de Abajo, en la antigua Hermandad,  hijo D.Domingo Suárez de Armas (procedente de Tejina) y de Mauricia Morales Amaral (de La Laguna). Fue el último militar (Teniente Granadero en Güimar ) de la saga Suárez de Armas. Esta saga fue iniciada por Andrés Suárez heredero del mayorazgo de su hermano Jerónimo Suárez Machado que  residían en Tejina desde al menos 2 siglos antes. Eran descendientes del conquistador Manuel Martín y del repoblador portugués Gonzalo González, primeros beneficiados de los repartimientos de tierras en Tejina después de la conquista.
Don Gregorio convivió con los generales que participaron en la última batalla en suelo continental americano, la de Ayacucho, como Jerónimo Valdés y Baldomero Espartero. Fue un esparterista que con 18 años, en 1823, participó en Extremadura en la defensa de la nueva invasión francesa, la de los 100.000 hijos de San Luis. Definió Ayacucho a esta generación de militares liberales fieles defensores de la constitución de 1812.
Se licenció en Derecho por la Universidad de San Fernando de La  Laguna en 1840 y perteneciendo a las sociedades secretas isabelinas comenzó una carrera política vertiginosa condicionada por su amistad con Espartero. Llegó a ser Alcalde de La Laguna , Diputado Provincial y Diputado a Cortes en el mismo año de 1841, momento en que fue designado jefe político de Cáceres y Valencia. Repite su elección a Cortes en 1851 por la isla de La Palma y en 1855, en los difíciles momentos de la reestructuración administrativa de Canarias. En las Cortes fue uno de los seis miembros de la comisión legislativa que elaboró el Proyecto de Ley de Bases de Ordenación de los Ayuntamientos y Diputaciones. Definido por Marcos Guimerá Peraza (2) como un político de derechas en 1856. En el bienio progresista del reinado de Isabel II desempeñó el cargo de Oficial primero del Ministerio de la Gobernación, pasando después de Fiscal a una Audiencia. Como miembro de la unión liberal aplaudió la revolución de 1868 colocándose del lado del progresismo de Sagasta. Proclamado Alfonso XII, contribuyó a la formación del partido liberal-conservador. Fue Senador real en sus últimos años, votando con la mayoría que apoyaba al gobierno. Condecorado en 1887 con la Gran Cruz de la Real Orden de Isabel  la Católica y a su muerte, que aconteció  en 1888 en su casa de Tejina, presidente del partido liberal conservador de Tenerife.
En el Ayuntamiento de La Laguna fue compañero de avatares de José Olivera, también alcalde en períodos distintos, por lo que la descripción que de él nos hace el autor de Mi Álbum debe de interpretarse en la justa medida que se merecen dos compañeros de la política que no debió ser muy diferente de  la actual. Como nos describe Olivera, personaje con tales ínfulas era preferible tenerlo como amigo y a pesar de sentirse escalón de muchos sabía  que a su gestión como Alcalde le debía precisamente a este tejinero la mano de obra penitenciaria en la construcción de la Plaza del Adelantado y los fondos necesarios para la formación de la primera banda de música lagunera. A su época que estuvo en el Ministerio de la Gobernación le debemos la concesión de la subvención con que se hizo la carretera de Tejina a Laguna tan necesaria para dar salida a los productos agrícolas de la única zona de regadío que en ese momento tenía La Laguna. Sin embargo, también  tuvo polémicas relacionadas con las elecciones que llegaron a los mismos pasillos del congreso. Se denunciaba que influía en  nombramientos de alcaldes pedáneos que no sabían leer y escribir en una clara alusión a su primo segundo el Alejo  Tomás González Rodríguez, tío de Alejo González González y abuelo de Matías y de Adolfo. La manipulación política hacía olvidar que los alcaldes pedáneos se nombraban anualmente y también fueron elegidos el Alejo, Manuel González Rodríguez (abuelo de Pancho Glez.Glez) y Andrés del Castillo (hijo de Sebastián del Castillo) que sí sabían leer y escribir.
Por estas polémicas el historiador Francisco María de León (1799-1871) en su Historia de Canarias (3) le dedica un pie de página con plena actualidad al comentar que “las elecciones deben ser más y más reñidas porque el ser diputado abre de par en par las puertas a grandes empleos y sacia ambiciones exageradas”.
Sin duda las influencias de D.Gregorio afectaron en la vida de sus vecinos y familiares, así por ejemplo apadrinó en su momento a su sobrino Antonio Suárez Saavedra. Educado con su tío materno el párroco de Taganana, D.Telesforo Saavedra, se lo llevó Madrid cuando era responsable de la sección de telegrafía del Ministerio de la Gobernación y con el tiempo se constituyó en toda una referencia a nivel nacional, llegando a publicar el primer tratado de la historia de la telegrafía cuando se estaba decidiendo la colocación del cable submarino que unía Canarias con la península.
            Es en esta época donde se produce el verdadero desarrollo agrícola de Tejina con la creación por parte de D.Gregorio de la primera comunidad de regantes. La canalización hacia la costa de las aguas del Riego permitiría el crecimiento exponencial de sus habitantes. Sólo tenemos que comprobar cómo se ha multiplicado el apellido Del Castillo, desde que un residente de Los Batanes llamado Andrés Felipe del Castillo Ramos, tuvo en Tejina tres hijos con Antonia Pérez Rodríguez, llamados Andrés, Ana y Sebastián, último alcalde de Tejina.
            Dos tejineros de trayectoria desigual, Sebastián del Castillo, último alcalde del ayuntamiento de Tejina, coetáneo de otro, Gregorio Suárez, que lo fue del de La Laguna. Mientras el primero dejó una gran descendencia, el segundo con una ambición política desmedida  no dejó ninguna. Su principal heredera fue su sobrina nieta María del Carmen Suárez Madam quien casó, “charca con charca” con Amaro Felipe González de Mesa de cuyo matrimonio nació, un 31 de agosto, día de San Ramón Nonato, un hijo en la misma casa tejinera de su bisabuelo, Ramón González de Mesa. Nuevamente las piedras parecen ser testigos mudos de la historia y mientras la Casa de la Costa, heredada por Josefa, hija de Sebastián, aún podemos contemplarla, la casa de D.Gregorio la han derribado dos veces.

1.- Patriotas y ciudadanos. Parlamentarios canarios del siglo XIX. Francisco Martínez Viera.
2.- Feliciano Pérez Zamora (1819-1900).- Marcos Guimerá Peraza.

3.- Historia de Canarias. Francisco María de León.

jueves, 9 de octubre de 2014

Esa niña de sus ojos



Tiene la Plaza de los Bolos, la actual plaza Suprema de La Laguna, un especial  encanto tejinero. En ella vivió la farmacéutica Juana Quintero que estrenó su licenciatura en Tejina. También vivieron en ella los dos médicos que resistieron los embates de la gripe de 1918, D. Anatael Cabrera, director del Hospital de los Dolores y entomólogo de reconocido prestigio y D. Tomás Sánchez Pinto. Entre ambos residían las hermanas Rivero, las primas tacoronteras de D.Adolfo, y a continuación en el número 9, la actual sede del Centro de Gestión del Conjunto Histórico, su otro primo hermano por el lado tejinero D.Manuel González Morales, concejales ambos del Ayuntamiento de La Laguna por los datistas y  albistas. Por los mauristas estaba en cambio D. Ramón González de Mesa, nacido también en Tejina en la casa de D. Gregorio Suárez. D.Manuel y D.Adolfo fueron también ,junto con Pepe Cruz y Julián Hipólito, miembros de la comisión de fiestas en Tejina en plena epidemia y crisis del 18. 


D.Manuel se había casado con Juana, la hermana de Felipe del Castillo y éste con Ramona, la hermana de D.Adolfo. La otra hermana de éste, Clotilde, lo estaba con D.Tomás Sánchez Pinto. En el año 1929, dos años después de resolverse  el primer expediente de segregación de Tejina, moría D.Manuel y ese mismo año fueron publicadas en la Gaceta de Tenerife las “Impresiones de Tejina”. Bajo el seudónimo de  Arbelo se publicaron seis “articulejos”, como decía el autor, que eran en realidad escritos denuncia de las principales deficiencias socio-sanitarias del pueblo. Describía Arbelo el ambiente de las tertulias de rebotica cuando narraba que era la primera vez que escribía y sólo un enorme aficionado a presenciar esas luchas de inteligencias y razones. Por eso necesitaba manifestar lo mismo que ahora necesito hacer yo, que “no escribe, pues, una pluma brillante, sino una tosca y modesta, que solo busca dar a conocer lo que aquellos no han querido”. 




D. Manuel Glez. Morales era el padre de D.Bartolo, el de las vacas, el cual residía en Tejina junto a Julián Hipólito presidente de las fiestas en 1955. Ese mismo año se nombraba como  primera reina de la fiesta a su hija Carmita y a su corte de honor, entre las que se encontraban sus sobrinas Carmina (la hija de Marcelino) y Soli (la hija de Hipólito). Fue mantenedor en esta primera fiesta de arte D. José Trujillo Cabrera, un cura liberal e ilustrado, que lo fue de Tejina en los duros años que van desde 1943 a 1948 y al que le debemos la ampliación de la iglesia.




Por estos recuerdos viví con agrado la propuesta de nombramiento de mi hija como dama de honor de la reina de las fiestas. Ver a Patricia en una de esas carrozas con traje de época no pudo por menos que recordarme a mi abuelo Marcelino (hermano de Julián), abanderado familiar del optimismo y el saber vivir, que admirado seguro que hubiese exclamado “blanquita, blanquita”.


Siempre me dio la sensación que Patricia tenía una especial vinculación con las fiestas patronales. O al menos, así lo sentí desde el mismo día de su nacimiento cuando al salir del paritorio tuve la necesidad de celebrarlo en soledad, en la cafetería del Ramal, rodeado de todos los que en ese momento se recogían trasnochados de la verbena del Socorro. Desde entonces han pasado dieciocho años, dieciocho fuegos del Socorro, e inconscientemente la comparo con las fotografías que guardo en casa de mis antepasados y pienso orgulloso que de tal palo tal astilla, pero,





¿Por qué nos parecerá, que a pesar de todo,  otros tiempos siempre fueron mejores?





Mientras escucho con añoranza las narraciones familiares de mi madre y mis sentimientos interpretan otra cosa,  mi deformación profesional me dice que nuestro cerebro, a pesar de no ser nada musculado, consume el 20% del oxígeno y la fisiología de la supervivencia nos recuerda que este consumo energético no puede ser gratuito. Los avances de la ciencia son a menudo caprichosos y  si las estructuras priónicas, la de las vacas locas, se las relaciona con enfermedades como el Parkinson o el Alzheimer ahora parecen que pueden jugar un papel clave en el asentamiento de la memoria lejana. Es la memoria selectiva que tiene nuestro cerebro la que parece jugar a que sólo recordemos lo que verdaderamente interesa. Nos parece que otros tiempos fueron mejores porque de forma innata procedemos a olvidar los malos momentos para recordar sólo los buenos. De esta forma la naturaleza nos indica que para poder afrontar con éxito el futuro siempre debe primar  el optimismo y por mucho que los medios de comunicación se empeñen en aguarnos la fiesta, dicen que  el rostro es la verdadera imagen del alma, por lo que la estética nos puede  ayudar a cargar con la  procesión que podamos llevar por dentro. Es en este aspecto donde la cosmetología tiene mucho que decir para conseguir sentirte bien contigo mismo. Ya Galeno  lo describía cuando comentaba en el Arte de la medicina:



"El objetivo de la técnica de maquillaje es dotar a sí mismo con una belleza que se ha comprado, mientras que el de la cosmética, que es parte de la medicina, es conservar toda la naturalidad del cuerpo, que es acompañado de una belleza natural ... "



Patricia se ha educado en este entorno formativo que con toda probabilidad ha condicionado que vaya camino de convertirse en la tercera generación familiar de farmacéuticos. Una profesión que ya en los años universitarios pudimos comprobar la fuerte carga de feminidad que posee, lo que parece recordar sus orígenes ancestrales cuando en la sociedad de cazadores-recolectores mientras el hombre cazaba, la mujer recolectaba las plantas medicinales para el cuidado de los suyos. Una profesión que evoluciona hacia la creación de una espacio de salud donde la empatía femenina le da sin duda un valor añadido. Como le suelo decir a mi hija eso requiere de los conocimientos necesarios que le permitan pasar de un  estado de simple visualización al de  verdadera observación de la enfermedad para que se pueda traducir en el mejor consejo, sin olvidar por supuesto la carga de sufrimiento que va emparejada a toda enfermedad.


A esa amiga que sin saberlo me ha prestado el título del artículo, y digo bien prestado porque ella cree que es su dueña ,a “Esa niña de sus ojos” como así le llamaba su padre, tengo la necesidad de darle ánimos y recordarle lo que acaba de manifestar ese nuevo referente jesuita, el Papa Francisco, sobre que no se puede ir por la vida con cara de “guindilla en vinagreta”, hay que echar toda la carne en el asador para afrontar  la vida con verdadera empatía, profundidad, y sobre todo, ilusión.

sábado, 2 de agosto de 2014

Farmaceuticos en Tejina (IV), las aguas de pozos y el mal de Panamá

En 1954 la Inspectora Dª Juana Quintero le traspasó su farmacia de el Ramal de Tejina a D. Antonio M. Rodríguez Acosta quien con los años se convirtió en el último  Inspector Farmacéutico Municipal del Ayuntamiento de La Laguna.

            D. Antonio Rodríguez dejó claro desde un principio su intención de mantenerse en la plaza al comprar en propiedad los terrenos colindantes a la farmacia a D.Domingo González del Castillo y la reforma inicial que le hizo a la misma que aún perdura. Pero sobre todo le ayudó en esta permanencia el haberse enamorado de una tejinera, Carmina,  a la que conoció siendo dama de las fiestas del pueblo en su primera celebración. Las propiedades que ésta heredó de su padre Marcelino le permitieron a D. Antonio desarrollar su verdadera vocación frustrada de Ingeniero Agrónomo. Toda su familia era originaria Tazacorte, paraíso del plátano, de donde le viene la denominación de bagañete a sus vecinos. Su madre enviudó cuando él sólo tenía un año, y esto le condicionó económicamente no poder estudiar lo que realmente deseaba. Orientó su formación hacia la farmacia ya que  en Laguna se había fundado en 1919 no sólo la facultad de Derecho sino también el preparatorio de Medicina y Farmacia, lo que le permitía evitar el sobrecoste de un preparatorio de ingeniería en la península, que él creía le iba a suponer varios años.  El resto de la carrera la realizó en Madrid, en la recién inaugurada sede de la Complutense, pero siempre la orientó hacia la rama vegetal, especializándose en edafología, el estudio del suelo, para lo cual dispuso de una beca que le permitió trasladarse a Suiza. Esta estancia en el extranjero le permitió dominar el alemán lo que reflejó en el cartel anunciador de la farmacia con su traducción de “Apotheke” y que durante años hizo identificar a la farmacia como tal.
La especialización en edafología le permitió afrontar con éxito el Mal de Panamá, enfermedad fúngica que afecta a al sistema vascular de la platanera dejando la veta amarilla característica y que llegó a afectar a casi al 80% de su producción. Para ello  contrarrestaba con materia orgánica el apelmazamiento de los suelos que ocasionaba el sodio de la aguas salobres con las que se regaba. Valiéndose de su puesto de vocal de análisis del Colegio Farmacéutico y de sus contactos en Madrid llegó a traer personal especializado del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) con el que formar a los agricultores de la zona. Este interés por el Mal de Panamá  propició que entablara  una gran amistad con D. Pedro Ayerra Balmuz Jefe del Servicio de Extensión Agraria. lo que a su vez le permitió  los primeros contactos con la Cooperativa Agrícola de la que veinte años después sería su presidente, desde 1983 hasta el año 2001. Su especial vinculación con el Centro Farmacéutico y los resultados que con él se obtuvieron,  le convirtieron en un  verdadero convencido del cooperativismo. Casi 40 años de vinculación, la mitad de ellos con la responsabilidad de la presidencia, de una entidad que se había fundado en 1947 bajo la presidencia de Manuel Hernández González, como transformación de un sindicato de cosecheros de tomates y que al menos para la familia  de los Hipólitos sólo fue siempre fuente de prosperidad, a diferencia de lo que le ocurrió al farmacéutico D. José Asiul.

           El 25 de marzo de 1963 se constituía en La Laguna el primer Consejo Municipal de Sanidad como réplica de las Juntas Municipales de Sanidad del siglo anterior. Tuvo como representante farmacéutico a D.Humberto Lecuona Mac-Kay que había sustituido al recientemente  fallecido D. José Rodríguez de la farmacia Asiul, como también lo había sido dos generaciones antes con la misma farmacia D. Valeriano Santos.
            La Inspección Farmacéutica requería de la presencia de laboratorio en la farmacia. Y consta con consignaciones presupuestarias propias en el ayuntamiento desde 1926 con 125 pts. Estos laboratorios fueron los responsables del control analítico del agua de consumo público que  habían tenido especial relevancia un siglo antes en el control de la epidemias de cólera morbo, enfermedad bacteriana transmitida a través del agua, que en 1883 afectó a La Laguna. Los laboratorios en 1963, estuvieron ubicados en la Farmacia Santos de la Calle la Carrera, en la Farmacia Domínguez del cruce de la Cuesta y en la farmacia de El Ramal en Tejina ya que como consta en las actas del ayuntamiento pleno  desde 1924, los núcleos poblacionales de La Cuesta y Tejina eran claves en el control del agua de consumo público.

Fueron años en que concejales tejineros especialmente activos como D. Manuel Glez. Glez. no dudaron en poner en riesgo su patrimonio abandonando sus propios negocios. Por ejemplo, D.Manuel  consiguió en esa época, que se construyese una atarjea de nueve kilómetros y medio desde el Lomo Santiago hasta la Mesa Tejina con lo cual permitía traer el agua del Portezuelo tan necesaria para los cultivos de la zona.
La lectura de las actas del ayuntamiento pleno de La Laguna dan fé de que el protagonismo político de este ramal de carreteras que es Tejina no ha estado nunca acorde con su densidad poblacional y eso se lo debemos al desinteresado trabajo de determinadas personas. D.Manuel González (Manuel Matías) al que siempre se recordará como aquel que consiguió traer con Julio “mutilado” la luz y el agua de consumo público a Tejina pese a la actitud escéptica de sus mayores, se mostró tan activo como cuatro décadas antes lo estuvo D. José Rodríguez Amador, D. Pepe Cruz, uno de los tres nombres que D. José del Castillo propuso en 1951 para las tres calles principales de Tejina. Junto al ya citado Pepe Cruz (el que trajo la luz)  se eligieron a Tomás Glez. Rivero (el comandante que se negó a disparar) y a Felipe del Castillo (el más antiguo). Estas son aquellas personas que influyeron para que con la ayuda del agua y la sorriba poder transformar un auténtico erial en un campo productivo y fértil. Mientras tanto una sociedad lagunera tan ilustrada como enrocada en su propia historia se veía incapacitada de resolver los problemas políticos de una época turbulenta como pocas han habido.
La añoranza universitaria que me ha provocado escribir estas líneas me hace opinar que frente a la descripción que magistralmente hace Alejandro Ciorarescu en el prefacio de Mi Album de José Olivera (1) de la ciudad de La Laguna del siglo XIX, la que había perdido a la Universidad Fernandina,


Una ciudad extraña y crepuscular en la que los relojes parecen que están dando las horas de los fantasmas; una laguna de  aguas muertas, de movimientos acompasados, de pasiones insignificantes, de repliegue sobre sí misma


, yo prefiera recordar la del siglo  XX, la que ya la había recuperado, y su generación del 27. Me gustaría tener la edad suficiente para hacerlo con la figura idealizada del perfecto caballero y “piojo pegado” del pueblo tejinero llamado Dr. D. Tomás Sánchez Pinto que con sombrero en mano y figura altanera solía pasearse en la Catedral entre la farmacia y la dulcería, donde todas las tardes le esperaba su copita de vino dulce, mientras Figueredo, el mancebo,  recopilaba la prensa y seleccionaba los artículos que servirían de base para las tertulias de la farmacia Asiul.

jueves, 15 de mayo de 2014

Farmacéuticos en Tejina (III), la quinina

El fallecimiento del Inspector Farmacéutico Municipal D. Manuel Santos Madan en 1938 dejó a la ciudad de La Laguna sin abastecimiento de medicamentos a los menesterosos, la beneficencia municipal, en unos momentos en la que aún estaba fresca en la memoria los estragos de la gripe de 1918. Por tal motivo, el Ayuntamiento de La Laguna acordó el 23 de abril de 1941 convocar concurso para tres plazas de Inspectores Farmacéuticos Municipales, una más que las que tradicionalmente se venían cubriendo  desde las Juntas Municipales de Sanidad de 1884. Estas plazas fueron cubiertas por D. José Rodríguez Hernández y D. Pedro Domínguez Quesada quedando la tercera plaza desierta. Se decidió entonces solicitar autorización para crear una plaza más que garantizase la permanencia de un farmacéutico en Tejina ya que ésta distaba más de 9 kilómetros de La Laguna, a pesar de que la población de la Laguna de 33.042 habitantes de hecho no permitía más de 7 farmacias. Esa tercera plaza queda contemplada como tal en los presupuesto municipales con una dotación de 2.500 pts. cambiándose la forma de acceso de concurso por el de oposición con la finalidad de facilitar su ocupación. Dicha oposición la gana D.Humberto Lecuona Mac-Kay quien no llega nunca a residir en Tejina tal y como le requiere la Dirección Provincial de Sanidad al Ayuntamiento en 1945. Por tal motivo fue sustituido por  D.Francisco Martínez Gómez Inspector Farmacéutico Municipal, procedente de Cáceres.

D.Francisco, hijo de secretario municipal en Majadas de Tiétar, Cáceres, haciendo dos cursos en uno terminó la licenciatura con solo 18 años en Santiago de Compostela. Tal y como me narra su hija Delia, casada con el tejinero Manuel González González, que con 81 años reside actualmente en Navalmoral de la Mata, el mismo pueblo donde ejerció  profesionalmente su padre. Comenzó trabajando en la farmacia propiedad de María Luisa González de la Calle, casada con José Giral, catedrático de farmacia y político republicano, diputado por Cuenca, propuesto en 1936 por Azaña para presidir gobierno. Compartió con éste su interés por la lucha antipalúdica. Fue su familia políticamente definida como monárquica la que le recomienda que deje esta regencia y le apoya en la compra  de su primera farmacia en Bohonal de Ibor, Cáceres.  Sin embargo no fueron sus relaciones políticas sino las rencillas personales con el anterior propietario del botiquín existente en el pueblo, las que consiguen que el gobierno municipal falangista, con denuncias interpuestas por medio, le hagan la vida  imposible. Una publicación en el Boletín Oficial del Estado ofertando una plaza en Tejina, que distaba 9 kilómetros de una ciudad universitaria como es La Laguna y la enfermedad de su mujer le decide a trasladarse con toda su familia a la misma. La tragedia de la muerte prematura de su mujer, el verdadero pilar familiar, le provocó una alteración anímica  que le hizo renunciar a su cargo en 1949 . Emigró a Venezuela donde estuvo vinculado con la Universidad de Valencia y la creación de la facultad de medicina, instalando posteriormente  su farmacia en San Cristóbal de Táchira, muy cerca de la frontera colombiana donde siguió haciendo estudios sobre la lucha antimalárica que ya realizaba desde su época en Cáceres.
Buscaba D.Francisco alternativas de síntesis a la quinina para el tratamiento de la malaria, una enfermedad parasitaria de la sangre transmitida por mosquitos. La provoca el plasmodio que suele parasitar el interior del glóbulo rojo. Fue un mal endémico en toda Europa hasta mediados del siglo XX que consiguió erradicarse gracias al uso masivo del DDT, el polvo mágico insecticida, hoy en día en desuso por la capacidad que tiene de acumularse a lo largo de la cadena alimentaria. Las fiebres tercianas que produce, llamadas así por durar tres días, fueron combatidas por los indígenas americanos con la corteza del árbol de la quina, al que se le llegó a llamar el árbol de la vida. Si algún tratamiento se popularizó tras la conquista americana fue éste, que debe su nombre botánico de Cinchona a un error de Linneo al transcribir el nombre de la condesa de Chinchon. Doña Francisca Enríquez de Ribera mujer del entonces virrey del Perú, D. Luis Gerónimo Fernández de Cabrera y Bobadilla, fue quien realmente la dio a conocer en toda Europa después de comprobar en su marido la eficacia del tratamiento. Hubo reticencias iniciales motivadas por un protocolo de uso cuanto menos curioso derivado de la exigencia de no lavarse pies y manos durante toda la cuarentena a riesgo de que las fiebres se repitiesen de forma más virulenta. Se decía, por ello, que era un tratamiento para ricos ya que éstos, al no trabajar con las manos, no necesitaban lavárselas. Pese a todo ello, y a su relativa toxicidad, el uso de la quina y su alcaloide la quinina se extendió y sus presentaciones se multiplicaron. Se suministraba tanto en formatos farmacéuticos como en bebidas como los  vinos quinados o las colas, formas que han llegado a nuestros días en bebidas tan populares como el  gin-tonic aportándole su característico amargor. Tal y como narra Manuel Hernández de Gregorio Boticario Real en 1828 en el prólogo histórico del Arcano de la Quina de Celestino Mutis (1), sólo competían con él en popularidad el antimonio y el mercurio. Se popularizó tanto el producto que  hizo peligrar su producción y se monopolizó su comercio, cobrando verdadero interés obtener esas alternativas  de síntesis química que entonces se investigaban como  la quinacrina y el pamacrine (2).


D. Francisco, tras proceder a la renuncia de la plaza de Inspector Farmacéutico Municipal, tal y como se contempla en las actas municipales, traspasó su farmacia a Dª Juana Quintero Barrera, Farmacéutica que residiendo en La Laguna se trasladaba diariamente en guagua a Tejina. Mientras tanto le ayudaba Dª María Ardila una chica huérfana de la guerra  a quien sustituyó D. Domingo Izquierdo y su hermano Eugenio hijos de  Magdalena Santos, la partera que ha dado nombre a la calle. Esta partera prestó servicio a toda la comarca durante más de 50 años de forma completamente desinteresada, con el apoyo incondicional del entonces médico municipal de La Laguna, residente en Tegueste. D.Fernando Reig Chisvert y el practicante municipal D.Manuel Izquierdo Montesinos quien ha dado nombre recientemente al Centro de Salud de Tejina, el cual había sustituido a D.Octavio Cabrera como primer profesor practicante de Tejina.

domingo, 30 de marzo de 2014

Farmacéuticos en Tejina (II), Asiul-luisA

A finales del siglo XIX, en 1898, España perdía sus últimas colonias en Cuba. La decadencia de este final de siglo iba a ocasionar en toda Europa dos guerras mundiales en tan sólo 40 años. La primera farmacia en Tejina se instaló en este ambiente con el agravante de la gran depresión del 29. Esta farmacia se constituía como un verdadero espacio de salud de 24 horas, ya que los médicos que ejercían en la zona D.Miguel Melo o D. Fernando Reig residían en La Laguna y Tegueste respectivamente. El primer médico no se instaló en Tejina hasta una década después, D. Rigoberto Díaz Mederos, como una iniciativa privada de los propios vecinos del pueblo, como Pancho Alejo, quienes lo habían conocido realizando las milicias universitarias en el batallón militar que se había instalado en Tejina. D. Rigoberto residió en la Calle Génova, cerca de El Campito, y ejerció la medicina durante tres años hasta que obtuvo por oposición la plaza de Médico Titular de Güimar donde con el tiempo se constituría en toda una institución. En éstas mismas fechas sí se ocupó en cambio una plaza oficial de Profesor Practicante Titular por D. Octavio Cabrera que residía en casa de Julián Hipólito, por encima del Cuatro Caminos, en la actual Araucaria. Fue sólo entonces cuando por fin se ocupó la plaza de Inspector Médico Municipal en Tejina por D.José Ascanio que residió en el antiguo batallón militar, el actual grupo escolar de S. Bartolomé de la Calle Tomás González Rivero. Cerca de 30 años habían pasado desde la primera solicitud y confirmación por el pleno del Ayuntamiento de la Laguna de un médico para Tejina.

            En 1934 se intaló en Tejina el farmacéutico D. José Rodríguez Hernández. Fue la lotería del cultivo del tomate lo que arruinó a este hijo del antiguo alcalde de Gáldar, uno de los cuatro hermanos que también fueron los primeros licenciados de su pueblo. Este Inspector Farmacéutico Municipal con farmacia en Gáldar y Las Palmas, concejal y primer teniente de Alcalde de Las Palmas se vió en la tesitura de ante la única opción que tenía de irse ejercer a Guinea  trasladase en su lugar a  La Laguna, ciudad donde había estudiado el bachillerato. Fue su familiar de acogida, el Dr. D. Tomás Sánchez Pinto, Inspector Médico Municipal, el que le convenció de que  la mejor opción para ejercer su profesión estaba en Tejina, siempre pensando en la educación de sus hijos. Conocía el Dr. Sánchez Pinto perfectamente que las reinvindicaciones tejineras en materia sanitaria habían sido utilizadas en el expediente de segregación de Tejina presentada por su cuñado D. Adolfo González Rivero en 1926. Esto propició que en los presupuestos de 1927 se consignara específicamente la plaza del Médico de Tejina, diferenciándolo de los otros tres existentes lo cual requería la presencia de un farmacéutico. Ya en las actas del pleno de 3 de abril de 1926 aparece la renuncia del Médico titular D. Angel Capote Gutiérrez y el nombramiento de D. Eladio Zerolo Alvarez al que se le impuso nuevamente la obligatoriedad de residir en Tejina.

D. José vivió en Tejina sólo 6 años desde 1934 a 1940, pero fueron suficientes para grabar en la memoria de su hijo Jesús, de 4 años, unas vivencias que ahora con 83 años me narra con una claridad sorprendente. D. Jesús Rodríguez, actual farmacéutico de la Paterna en Las Palmas, recuerda perfectamente tanto las algarabías en torno a las celebraciones en Tejina de la victoria electoral del Frente Popular de febrero del 36, como los diálogos de rebotica que se producían en la farmacia, en torno a la radio comprobando la evolución de la contienda, entre su padre D. José, D. Miguel Lemus y el párroco D. José Rodríguez García. Esta vieja radio que es capaz de sintonizar frecuencias extranjeras siempre me ha recordado como en torno a ella todos mis hermanos ayudábamos en la recepción de los pedidos, rellenando y pegando los tickets con pinceladas de la goma arábiga que teníamos almacenada.

Fueron estos diálogos de rebotica la verdadera antesala de los que luego se producirían en su farmacia en La Laguna, la farmacia Asiul, que le darían fama porque por su cercanía llegaron a competir con las tertulias del Ateneo. Frente apellidos como Santos o Renedo, apellidos que denotan a canarios nuevos,
  desde sus comienzos en Tejina eligió el nombre de Asiul en homenaje a su cuñada (Luisa al revés)  que se erigió como especial valedora ante su marido Sebastián, también farmacéutico, y al resto de su familia política para ayudarle a salir adelante. De esta época también he podido conservar el autoclave que D. José utilizaba para fundir las grasas de su medicamento estrella “La Bernebina” un ungüento negruzco muy utilizado para la tetera de las vacas y cuyo nombre se lo puso en recuerdo a Bernabé Hernández al que llamaban “el tuerto”, conocido curandero que ejercía de veterinario para toda la comarca  y residía en el Pico Bermejo. En su fabricación le ayudaba Gregoria, una teguestera que alternaba los trabajos domésticos de la cocina con el mortero de la rebotica. D. José se trasladó a La Laguna para cubrir la plaza vacante de inspector que se produjo tras la muerte de D.Manuel Santos Madan, lo cual le
permitió escoger una ubicación idónea para la misma, a la sombra de la catedral, al mismo límite del
3ªdistirito, entre la parada de guaguas y el Hospital de los Dolores. Mientras tanto dejaba en Tejina unbotiquín en el Ramal que atendía Gregoria la cual utilizaba el servicio regular de guaguas como forma de abastecimiento. Una forma que no nos debe de extrañar si tenemos en cuenta que las farmacias  de La Laguna se abastecían a su vez de una combinación de tranvía y mulo. 

miércoles, 12 de marzo de 2014

Una dieta amiga para tus riñones


Los riñones son los órganos encargados de eliminar las toxinas de nuestro organismo, pero también cumplen otras funciones fundamentales relacionadas con el mantenimiento de la presión sanguínea, la producción de glóbulos rojos, el equilibrio hídrico, etc. Mantenerlos sanos es fundamental para nuestra calidad de vida. El aumento que estamos sufriendo de patologías relacionadas con los mismos es consecuencia directa del aumento de factores de riesgo como la edad, la obesidad, la tensión sanguínea o la diabetes. Desde la farmacia nos sumamos en este día mundial del riñón a la campaña de concienciación del control de estos factores de riesgo invitándote a que conozcas la oportunidad que te da la web a golpe de click . Sin embargo queremos hacer incapié en que si la enfermedad está ya instaurada su seguimiento necesita ser personalizado a través de tu médico ya que las recomendaciones pueden ser incluso contrarias en cada situación.
Puesto que los riñones son los órganos detoxificadores, en caso de enfermedad el empleo de nutrientes que los hagan trabajar más de lo normal será contraproducente como es el caso del consumo de proteínas, potasio o de fósforo que al no poderse eliminar nos perjudican. Esta reducción de nutrientes puede necesitar el uso de complementos nutricionales que por la misma razón necesitan ser estrictamente controlados. Con todo conocer cual es tu situación personal, qué es lo que estás comiendo y cual es el plan que se  recomienda es clave para tu salud.

domingo, 23 de febrero de 2014

Test de intolerancias alimentarias

Detecta qué alimentos pueden causarte obesidad, dolor de cabeza, fatiga, malas digestiones y problemas en la piel.

Hoy en día las farmacias no sólo ofrecemos productos y medicamentos, sino que, poco a poco, los servicios van cobrando valor en nuestros establecimientos. Queremos dar a nuestros clientes el servicio más completo y especializado. El Test de Intolerancia Alimentaria por biorresonancia magnética Pronutri4 es el más completo del mercado: estudia cómo afectan al cuerpo 541 alimentos diferentes y los metales pesados.
Este tipo de test se demanda cada vez más, debido a que la ingesta continuada de alimentos a los que somos intolerantes puede causar dolor de estómago, obesidad, dolores de cabeza, malas digestiones o problemas en la piel.
La respuesta del cuerpo ante el consumo de estos productos puede tardar hasta 30 horas en producirse, por lo que es muy difícil su diagnóstico y muchas veces el paciente se encuentra mal y no sabe por qué.
Entre los beneficios que puedes obtener sí haces el Test de Intolerancia Alimentaria se encuentran:
  • Perdida de peso debido a retención de líquidos.
  •  El cuerpo se deshincha porque ya no acumulamos gases.
  • Digestiones más ligeras.
  • Desaparecen los problemas de estreñimiento o diarreas.
  • Desaparecen los dolores de cabeza asociados a la ingesta de determinados alimentos.
  • Se reduce visiblemente el acné, los eczemas, las dermatitis atópicas, la psoriasis, la urticaria o el prurito.
  • Muchas personas con problemas psicológicos como la ansiedad, la depresión o el insomnio, pueden ver mejorías en su estado.
  • Desaparece el cansancio.
  • Algunos niños hiperactivos notan una mejoría tras eliminar ciertos alimentos a los que sean intolerantes.
Durante el análisis el nutricionista va comentando el resultado paso a paso y resolviendo las dudas en
cada momento. Pasada la hora que dura este proceso, te llevas a casa dos informes, una lista de los 541 productos analizados y su resultado y
 un cuadro con los alimentos que te causan intolerancia.


miércoles, 19 de febrero de 2014

Consejos nutricionales para el mayor

Alimentarse correctamente es fundamental a cualquier edad. Los cambios fisiológicos que se producen con la edad suelen dificultar que esta alimentación pueda llevarse a cabo correctamente. A las dificultades de masticación se le añade el mal funcionamiento de las papilas gustativas, lo que se agrava con la pérdida de masa ósea y el mal funcionamiento de muchos sistemas corporales que reducen la capacidad del organismo para adaptarse a los cambios externos e internos. Todo ello requiere de una alimentación adecuada y convenientemente suplementada.

            Se recomienda que los hidratos de carbono supongan entre el 50 y 60 % del aporte calórico, mientras que las grasas sean el 20 %. Esto supone un aporte mínimo de 130 gr diarios de los primeros, mejor si son complejos, que al ser de digestión más lenta consiguen mantener  los niveles de azúcar más estables. Las grasas saturadas se deben de limitar y aumentar las grasas poliinsatruradas n3.

            En cuanto a las necesidades de proteínas oscilan entre los 50 gr de los hombre y los 40 de las
mujeres aunque enfermedades como las infecciones o las gastrointestinales aumentan estas necesidades, mientras que las alteraciones renales y hepáticas las reducen. De igual forma se debe tener muy presente el consumo adecuado de los aminoácidos esenciales.

En relación a los micronutrientes debemos destacar que las defensas del mayor pueden beneficiarse grupo B (B12 y B6), las vitaminas antioxidantes A y E, el calcio el cinc y el hierro. Tanto la vitamina B6 como la B12 están relacionadas con la regulación de la homocisteína y por tanto con el riesgo cardiovascular. Se recomiendan 2 mg/día y 400 microgr/día de ácido fólico. La disminución de la exposición al sol y la osteoporosis recomienda un aporte de calcio de 1,2 gr/día y de vitamina D de 10 a 15 microg/día.
de unos aportes adecuados de ácido fólico, vitaminas del

Las referencias dietéticas del hierro son de 8 mg/l. Las deficiencias son raras en el mayor, dándose asociada a la pérdidas ocasionadas por  enfermedades, como las hemorrágicas intestinales o a deficiencias en la absorción como se da en  las aclorhidrias.

El papel de la fibra en el mayor está sobre todo aconsejado por el estreñimiento derivado de la falta de movilidad, la deshidratación y la motilidad intestinal. En este caso se recomienda que las fibras estén equilibradas, las solubles (fruta, frutos secos y leguminosas) con las insolubles (cereales integrales o verdura). Se recomienda la ingestión 25-30 gr diarios acompañada de abundante agua.

¿Cómo debe ser la bolsa de compras del mayor?

El cambio de edad debe ir acompañado de un cambio nutricional, siempre respetando las costumbres y hábitos del mayor.
A principio de mes se debe elaborar un planning de cómo serán las compras, diarias, semanal  y mensualmente.
Diariamente se comprará el pan , la carne o el pescado.

Mensualmente: Leche UHT esterilizada, cereales y otros productos de desayuno (galletas tipo maría, etc), conservas vegetales o animales, productos congelados, arroz, pastas alimenticias, legumbres secas, harina, pan rallado, azúcar, sal y aceites.

sábado, 25 de enero de 2014

Farmacéuticos en Tejina (I), los inicios

La constitución de las Cortes de Cádiz en 1812 y su espíritu descentralizador supuso un cambio para La Laguna con una gran significación histórica por el traslado de la capitalidad a Santa Cruz de Tenerife. Una pujante burguesía estaba desplazando en influencia social a una aristocracia rural. Sólo unos años antes se había creado la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife (1777) comenzándose a democratizar la actividad cultural en sociedades. Las tertulias de rebotica en las farmacias se constituyeron como una evolución natural de esta democratización. Así Ortega y Gasset, referente español del siglo XX, subrayaba que desde la farmakeia griega, adonde Pericles acudía a parlamentar y adquirir ungüentos, hasta nuestros días, la botica ha sido siempre cenáculo escondido, ágora abierta al debate, centro de conspiración, teatro de los ingenios.
Ese espíritu descentralizador de comienzos de siglo XIX, trajo consigo también  las disputas interinsulares, siendo la epidemia de cólera morbo de 1851 con 6.000 muertes la que agravó el espíritu secesionista de Las Palmas de Gran Canaria con respecto a Tenerife. Algo similar ocurrió a principios del
siglo siguiente con Tejina y La Laguna. La aprobación en 1924 del Estatuto Municipal de Calvo Sotelo bajo la dictadura de Primo de Rivera consiguió modernizar la actividad municipal reconociendo el acceso de la misma mediante concurso pero agravó los conflictos entre ayuntamientos. Muestras de éstas tensiones fue la iniciativa del Obispo Fray Albino de crear la Parroquia de la Paz y Unión en La Cuesta como símbolo de confraternización entre Santa Cruz y La Laguna. A igual que había ocurrido en Las Palmas en el siglo anterior fue el sentimiento de aislamiento y alarma que sufrió el pueblo tejinero con la epidemia de gripe de 1918 la que reavivó su espíritu secesionista poniendo en evidencia la dificultad de cubrir una plaza de médico para este pueblo. Algo similar ocurrió con la farmacia ya que en un municipio como el de La Laguna con 7 farmacias, en un período de 20 años llegaron a pasar por Tejina hasta 5 farmacéuticos, D. José Rodríguez Hernández (1934), D. Humberto Lecuona Mac-Kay (1942), D. Francisco  Martínez Gómez (1947), Dña. Juana Mª Quintero Barrera (1949) y D. Antonio Miguel Rodríguez Acosta (1954).
En España nada tuvo que ver la dura década de los años 30 con los felices años 20 europeos, sin embargo, el  descubrimiento de  la penicilina y la del DDT, antibióticos e insecticidas, cambiaría en pocos años la forma de entender la farmacia introduciéndola directamente en la era industrial. Aparecieron entonces las especialidades farmacéuticas y con ella la competencia entre droguerías y farmacias obligando a los farmacéuticos a organizarnos en cooperativas. Surgió de esta forma en Tenerife en el año 1930 el Centro Farmacéutico como el verdadero pilar de la comercialización del medicamento tal y como seguimos entendiéndolo en la actualidad. Nuestra privilegiada situación marítima y el comercio de nuestro productos agrícolas nos permitían tener en nuestras estanterías casas comerciales poco conocidas en la península como la Adrián de Paris, la Park Davis de Inglaterra o la Merck de Alemania.
Por el contrario fue una época donde era corriente los entierros de féretros blancos muchos de ellos ocasionados por el cólico “miserere” en los niños y donde enfrentarse a enfermedades como la tuberculosis puso de moda los sanatorios de alta montaña como único recurso frente a al enfermedad, tal y como el que se creó en Izaña. Pero sobre todo, se tenía aún muy presente los estragos de la mal llamada gripe española  que llegó a cobrarse la vida en acto de servicio de dos médicos laguneros, el veterano médico municipal Dr. D. Manuel Olivera y Olivera y el Dr. D. Antonio Zerolo y Álvarez, que aunque ejercía en Güimar, se había trasladado a su ciudad natal para ayudar en la epidemia. Esta situación dejó al ayuntamiento con sólo dos médicos tal y como se puede constatar en el acta municipal de 18 de diciembre de 1918. Es en esta coyuntura de alarma social en la que el pueblo de Tejina requiere un año después y a iniciativa del Sr. González Rivero un médico con residencia en la zona tal y como se puede comprobar en las actas municipales de 2 de junio de 1919. De igual forma se puede comprobar la existencia  el 11 de enero de un contencioso con el médico interino D. Luis Álvarez Castro y entre éste y el Dr. D. Fernando Reig Chisvert en el que se le recuerda por parte del pleno que la plaza que ostenta fue creada como “voluntaria y al solo efecto de que el facultativo que la desempeñara prestase sus servicios a los vecinos pobres de Tejina, Valle Guerra, Bajamar y Punta del Hidalgo”.

Esta lejanía en el tiempo nos facilita contar estas historias, y otras más cercanas que nos narran y describen lo cotidiano acercándonos más a la realidad del momento. Ejemplo de ésto fueron las peripecias que se sufría para conseguir la penicilina. La dificultad de obtener este preciado antibiótico junto con la inexistencia aún de corriente eléctrica hacían cuestión de vida o muerte el trato con el cambullón a través de Carlos “el guarda”. Esa penicilina que con frecuencia se descargaba en Las Barranqueras bajo la supervisión de la propia guardia civil requería de camioneros como Juan Ramos conocedores de los estrechos y tortuosos caminos de la costa que sabía sortear con las luces apagadas del camión. De cómo afectaba la enfermedad a la vida cotidiana tengo un buen ejemplo en mi propia familia, la de los Matías, que la enfermedad y muerte en muy breve espacio de tiempo de cuatro de sus miembros a punto estuvo de arruinar a la misma. Este problema se resolvió unos años después con la aprobación del
Seguro Obligatorio de Enfermedad en la ley de 14 de diciembre de 1942 y la firma el 19 de agosto de 1944 del primer convenio para la prestación de Asistencia Farmacéutica  entre el Instituto Nacional de Previsión y el Consejo General  de Colegios Oficiales Farmacéuticos. Comenzaba a funcionar el Seguro de Enfermedad que con el tiempo iría sustituyendo a la beneficencia como única medida oficial que hasta entonces se tenía de garantía sanitaria pública a la población.

Artículo extraido del periódico Mesa de Tejina