miércoles, 3 de octubre de 2018

La Alquimia y Paracelso






A Paracelso (1493-1541) siempre  lo hemos considerado el padre de la farmacia a pesar de ser un fiel defensor de la unión de las tres ramas sanitarias, la medicina, la cirugía y la farmacia. Fiel al renacimiento no dudó en mirar hacia atrás para coger impulso y cambiarlo todo. Megalómano empedernido utilizó sus creencias profundamente cristianas que combinandolas con otras como el esoterismo o la astrología se enfrentaría radicalmente a las teorías galénicas vigentes en ese momento. Frente a los cuatro elementos de galenismo el antepuso tres, azufre, el mercurio y la sal. Según la alquimia todos los seres estaban formados de mercurio, el principio volátil. El principio de combustibilidad lo daba el azufre mientras que la sal era lo que quedaba tras la combustión. El Ancheus o alquimista interno sería el encargado de armonizarlos, si no lo conseguía se produciría la precipitación del tártaro, y tras ello la aparición de las enfermedades tartáricas como la artritis, la litiasis o la gota.






Hasta entonces la utilización de minerales como productos farmacéuticos era muy limitada y controlada, sin embargo Paracelso consideraba que la toxicidad de los mismos eran debidas a impurezas y que convenientemente tratadas se llegaría a la esencia o arcano del medicamento. Por extraño que ahora nos parezcan sus teorías la realidad es que cambió la forma de pensar e introdujo este concepto que ahora denominamos principio activo. Es clásica su expresión de que es sólo la dosis lo que convierte a una sustancia en veneno y será la alquimia la que permita la purificación del medicamento.
Los alquimistas han existido desde tiempo inmemorial hasta finales del siglo XIX. Centrados en el descubrimiento de la “Piedra filosofal” soñaban con la transmutación de los metales en oro y con conseguir el elixir de la inmortalidad para alargar la vida. Sus orígenes hay que buscarlos entre los orfebres egipcios que pasaron al mundo griego con Alejandro Magno. Sin embargo el enfoque oriental era mucho más terapéutico, en especial la escuela persa descendiente de la iglesia nestoriana de bizancio que una vez fueron expulsados tuvieron mucho arraigo en Irán, India e incluso China.




El polímata persa Al-Razi es uno de los alquimistas más famosos, trabajó en un intento de esclarecer que hacía a los metales diferentes entre sí y con los no metales. Clasificó las sustancias en categorías como vitriolos, sales, rocas, licores etc. y a catalogar sus propiedades. Prestar atención a las similitudes y diferencias era fundamental. Su mayor aportación fue el libro de los secretos en el que demostraba la importancia de la experimentación con una descripción extensa de los usos de los crisoles, pinzas, fuelles, frascos, embudos, morteros, baños térmicos y permitiendo darnos una visión del funcionamiento de un laboratorio de hace unos mil años. El libro total de la medicina elaborado por sus seguidores influiría en los médicos posteriores islámicos como Avicena autor del Canon de medicina en cinco volúmenes.

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